martes, 25 de noviembre de 2008

GRAHAM BELL. NO SOLO DESCUBRIÓ EL TELÉFONO.

Esta vez quería acercarles a un personaje muy conocido por su invento, el teléfono, pero quizás no tanto por su relación con el mundo de la deficiencia auditiva. Son datos curiosos que nos pueden llegar a convencer de que nada es imposible sin se pone empeño e ilusión.


Este genial científico escocés (1847-1922) nacido en Edimburgo y naturalizado norteamericano fue nada más y nada menos que el inventor del teléfono.

Sí, de ese aparatito maravilloso que transmite nuestra voz, instantáneamente de un lugar a otro en el mundo.

Era hijo de un famoso profesor de dicción que inventó un sistema para la enseñanza de sordomudos, en cuyo perfeccionamiento participó posteriormente Alejandro.

El físico siguió su camino de investigación hasta que en 1876 sus estudios concluyeron con la creación del teléfono, un aparato que revolucionaría las comunicaciones en el mundo entero y que hasta hoy le agradecemos.

Lo que hace el teléfono es convertir el sonido de la voz en señales eléctricas y las envía por cable a una central telefónica, desde donde pasan al teléfono de la otra persona, donde vuelven a convertirse en sonidos.

Fue el mismo Graham Bell quien pronunció las primeras palabras que se escucharon por teléfono: “Señor Watson, venga, lo necesito”, fue lo que dijo a su ayudante, que escuchó atónito al otro lado del teléfono.

Bell inventó además otros instrumentos, aunque ninguno de la relevancia del teléfono.

Uno de éstos fue el fotófono, que permite transmitir el sonido por medio de un rayo de luz a una distancia de 200 m.

Varias de sus indagaciones concluyeron en felices hallazgos: como en 1883 cuando inventó el gramófono, en el cual se empleaban discos semejantes a los fonógrafos modernos.

Luego vinieron la balanza de inducción y el radiófono, entre otros.


FUENTE: www.tecnosord.com

MARINA VIVAR GALLARDO.